miércoles, 25 de mayo de 2011

Literatura del s.xviii

La Ilustración en España, de la que formaron parte Cadalso y Moratín, entre otros, fue influenciada por la ilustración europea. Ésta se basó en la razón y el espíritu crítico que puede albergar y debe desarrollar el ser humano.


Los ilustrados, grupo minoritario y culto, consideraban que el problema del país era la sociedad española. La ignorancia de los hombres y el desprecio a su propia nación atrasaban el avance social-político y arraigaban todavía más la tradición. Por eso los ilustrados crearon la figura del hombre de bien y, a causa de su fe en la razón,  intentaron promocionarla. Dicha promoción se llevo a cabo a través del ensayo y del teatro, que a pesar de la dudosa calidad de las obras, lo consideraron un medio fundamental para la educación del pueblo y para la propaganda política. Los hombres que con su superficial inteligencia y su soberbia encauzaban este desorden social, eran llamados “violetos” o “eruditos a la violeta”. Divergían con los hombres de bien del ideal ilustrado porque, el deber de estos últimos era: comprometerse con la sociedad para crear un razonamiento crítico respecto a la moral personal y del país, separar la ética de la política y profundizar en la ciencia.
No solo se pretendía mostrar la arrogancia y el inconveniente que suponían para la sociedad los "violetos" sino que además se perseguía concienciar a la población de que el problema residía en la ignorancia y la falta de espíritu crítico de la sociedad.

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