viernes, 25 de noviembre de 2011

Y después de la muerte que

Y después de la muerte nada. Así es, o eso es lo que yo creo. Durante años preguntándome lo mismo: Tenemos alma? Solo el corazón nos da la vida? Y cuando morimos que? Qué se siente? Que hay?
He llegado a la conclusión de que no hay nada después de la vida. Ni purgatorio, ni paraíso, ni infierno. No nos reencarnamos y, posiblemente, nuestra alma no gravite eternamente en el universo.

La teoría en la que me baso es fácil de entender. El cristianismo, desde que se formó como religión, ha tenido la necesidad de someter a las gentes. Su solución? Crear el alma y otro mundo después de la vida. Por lo tanto, si los cristianos querían asegurarse la entrada al cielo, su comportamiento debía ser correcto en vida, no pecarían y, de este modo, no se rebelarían contra nada ni nadie. Los sometieron a través del miedo y, la creencia del cielo y el infierno, surgió así. 

Con el paso de los años se ha ido deformando la teoría y, en la actualidad, no pensamos en el castigo que recibiremos tras nuestra conducta(hablo desde mi ateísmo) sino en qué nos deparará luego. Siempre había pensado que el alma existía y que, cuando moríamos, podíamos observar a nuestros familiares desde el cielo pero, una serie de acontecimientos ha hecho que reflexione un poco sobre todo esto y me pregunte: Porqué ese empeño en decir que hay algo después de la muerte?

Para el ser humano es difícil asumir que dejará de vivir y ya no sentirá nada más. Estar toda una vida sufriendo para que después no haya compensación debe ser duro, pensarán algunos. Tanto si hay algo como si no yo solo quiero decir que: La vida nos ha sido otorgada para vivirla y disfrutarla, con sus sufrimientos y alegrías. Para eso hemos venido al mundo. Lo que haya después de la muerte, lo descubriremos cuando nuestra vida haya llegado al fin  

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